El corazón a medias

- Yo creo que lo mejor es despedirme.

- ¿Te despides?

- Sí. No hay mucho más por hacer acá. Contigo. En esto. No hay nada.

- ¿Nada?

- Dime ¿qué ha habido en tantos meses? Dime ¿qué tanto te va a doler el corazón? Dime ¿cuántas veces más nos vamos a despedir, a dejarnos, a faltarnos?

- No sé. No sé nada.

- Tú nunca sabes nada. Tienes respuestas para todo menos para esto. Para esto de dos sólo hubo preguntas, dudas... poquísimas respuestas.
          El corazón a medias ya no me aguanta.
         ¿A ti sí?

- ¿Pero por qué a medias?

- No ha habido un día de entera felicidad. Remamos siempre tan distantes. No sé si entiendas lo de estar con alguien y tener de compañero una ausencia prolongada, pesada, que sólo hace llorar.

- ¿Ni un solo día?

- Creo que unos. Creo que me cogiste la mano y me llevaste a tu vida. Esos días.
      Nunca me había despedido tanto de alguien. No así. No con esta angustia y esta falta. No así.


Natalia Riveros Anzola.
Julio 22 de 2013



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