Quebrados

Nos conocimos quebrados, pero inmensamente fuertes.
Vi mucha magia en medio de sus quiebres. Recorrí los míos y los agradecí.
Agradecí tener el corazón maltratado. Agradecí las convicciones a las que había llegado. Agradecí tener la valentía de decir de frente que no, o que sí.

Me gustaría haberme dicho muchas de estas cosas hace unos años. Haberme hecho la vida más fácil.
Llevo dos años en torbellino. En remolino.
Mucho viento.
Mucha agua.
Mucho concreto.
Mis ojos han visto muchas cosas que no quiero que se me olviden.

Muchos amores, muchos pasos, la maleta ligera y el corazón dispuesto.
Jamás me sentí tan valiente, ni tan hermosa.
Jamás.

Llegué a sitios sin hablar nada del idioma. Comí en McDonald´s cuando la plata escaseaba. Un solo par de tennis, nada más.
No necesitaba nada más.

Hoy los quiebres son distintos. Lo dudo todo.
He tratado de convencerme de mis propios discursos y mis propias dicotomías. No ha sido fácil.
Nadie ha vuelto a robarme del todo el corazón.
No sé si estoy preparada del todo para que lo hagan.

De un momento a otro la vida se expandió pero el mundo se hizo más pequeño. No le vuelvo a creer al que me diga que la vida no cambia en un año. La vida puede cambiar en días. Yo volví y no resoné con quien creí debería resonar a mi regreso. He hecho limpieza constante de espacios, personas y voluntades. No ha sido fácil. Equilibrar ha dolido.

Equilibrar tiempo. Casa. Espacio. Cuerpo. Interés. Motivos.
Equilibrar ganas. Nostalgias. Domingos.
Equilibrar lo estático de Bogotá con no parar de caminar por tantos lugares.
Duele. Y ese es mi quiebre hoy.

(Gracias por el impulso B).

Natalia.

Comentarios

Entradas populares